Marys Medicine

 

Redalyc.el impacto psicológico de la guerra contra el narcotráfico en periodistas mexicanos

Revista Colombiana de Psicología Universidad Nacional de Colombia FLORES MORALES, ROGELIO; REYES PÉREZ, VERÓNICA; REIDL MARTÍNEZ, LUCY MARÍA El Impacto Psicológico de la Guerra Contra el Narcotráfico en Periodistas Mexicanos Revista Colombiana de Psicología, vol. 23, núm. 1, enero-junio, 2014, pp. 177-193 Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Colombia Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto El Impacto Psicológico de la Guerra Contra
el Narcotráfico en Periodistas Mexicanos
The Psychological Impact of the War Against Drug-Trafficking on Mexican Journalists
O Impacto Psicológico da Guerra Contra o Narcotráfico em Jornalistas Mexicanos
ROGELIO FLORES MORALES
VERÓNICA REYES PÉREZ
LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México D. F., México Periodistas mexicanos (N=140) respondieron Mexican journalists (N=140) answered five psy- Jornalistas mexicanos (N=140) responderam a cinco instrumentos psicométricos para identifi- chometric instruments aimed at identifying cinco instrumentos psicométricos para identificar car síntomas de ansiedad, depresión y estrés pos- symptoms of anxiety, depression, and post- sintomas de ansiedade, depressão e estresse pós-traumático, así como sus niveles en el consumo traumatic stress, as well as their levels of alcohol traumático, assim como seus níveis no consumo de alcohol y tabaco. El levantamiento de datos and tobacco consumption. Data collection was de álcool e tabaco. O levantamento de dados se realizó en un contexto nacional de guerra carried out in the national context of the war realizou-se em um contexto nacional de guerra contra el narcotráfico en donde cotidianamente against drug-trafficking, in which acts of ex- contra o narcotráfico no qual cotidianamente se presentan actos de extrema violencia (asesi- treme violence are committed on a daily basis se apresentam atos de extrema violência (assas-natos, matanzas, decapitaciones, etc.). Los re- (murders, massacres, decapitations, etc.). The sinatos, chacinas, decapitações entre outros). Os sultados indican que los periodistas que cubren results indicate that journalists who cover drug- resultados indicam que os jornalistas que cobrem noticias de narcotráfico y crimen organizado trafficking and organized crime news obtain notícias de narcotráfico e crime organizado apre-presentan puntajes significativamente más altos significantly higher scores than those who work sentam pontuações significativamente mais altas que aquellos que trabajan en otro tipo de temas. on other issues. This suggests that news coverage que aqueles que trabalham em outro tipo de tema. Lo anterior sugiere que las coberturas periodís- of drug-trafficking is a psychological risk factor O anterior sugere que as coberturas jornalísticas ticas sobre narcotráfico representan un factor de that should be taken into account for the design sobre narcotráfico representam um fator de risco riesgo psicológico que debe tomarse en cuenta of public policies in Mexico. psicológico que deve ser considerado para a cria- para la creación de políticas públicas en México.
ção de políticas públicas no México.
Palabras clave: desorden de estrés postraumáti- Keywords: post-traumatic stress disorder, de- Palavras-chave: desordem de estresse pós-trau-
co, depresión, ansiedad, periodistas, narcotráfi- pression, anxiety, journalists, drug-trafficking, mático, depressão, ansiedade, jornalistas, narco-
co, México.
tráfico, México.
Cómo citar este artículo: Flores Morales, R., Reyes Pérez, V., & Reidl Martínez, L. M. (2014). El impacto psicológico de la guerra contra el narcotráfico en
periodistas mexicanos. Revista Colombiana de Psicología, 23(1), 177-193.
La correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse a Rogelio Flores Morales, e-mail: [email protected] o rogelio.flores@comunidad.
unam.mx; Verónica Reyes Pérez, e-mail: [email protected]; o Lucy María Reidl Martínez, e-mail: [email protected]. Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Av. Universidad 3004, edificio "D" de Posgrado, primer piso, Col. Copilco-Universidad, 04510, Ciudad Universitaria, México, D.F. REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ Durante las últimas dos décadas, un El estrés postraumático es un trastorno creciente número de investigadores ha fijado que se presenta como resultado de haber estado su atención en la salud mental de periodistas, expuesto a uno o más traumas, ya sean directos sobre todo, en la de aquellos que –eventual o o indirectos. Dichos acontecimientos pueden sistemáticamente– reportan y trabajan en es- ser de carácter violento (como las guerras, ase- cenarios traumáticos —desastres naturales o sinatos, actos terroristas, casos de tortura, etc.) producidos por el ser humano— (Blackholm o contingentes (como desastres naturales, in-& Björkvist, 2010; Blackholm & Björkvist, 2012; cendios involuntarios, accidentes que ponen en Feinstein, Owen, & Blair, 2002; Flores, Reyes, riesgo la vida, etc.). De acuerdo con el DSM-V, & Reidl, 2012; Freinkel, Koopman, & Speigel, los síntomas de EPT se agrupan en cuatro gran-1994; Hatanaka et al., 2010; McMahon, 2001; des categorías: respuestas intrusivas, evitativas, Newman, Simpson, & Handschuh, 2003; Pye- de activación (arousal) y alteraciones negativas vich, Newman, & Daleiden, 2003; Simpson & en el estado de ánimo y/o cogniciones (Ameri-Bogss, 1999; So Sin, Yiong Huak, & Chan, 2005; can Psychiatric Association-APA, 2013).
Teegen & Grotwinkel, 2001; Weidmann, Fehm, La ansiedad, por su parte, es una experien- & Fydrich, 2008). El periodismo es, en este sen- cia interior en la que todo es inquietud y desaso- tido, una profesión que exige un fuerte desgaste siego. Se manifiesta como un estado permanente físico y emocional en determinados momentos. de alerta del organismo que produce un sen-Por la naturaleza propia de su oficio, reporteros, timiento indefinido de inseguridad. Algunos fotógrafos y camarógrafos suelen trasladarse a autores señalan que la ansiedad es un miedo escenarios violentos en donde, potencialmen- indefinido y sin objeto (Byrne, 2000; Perkins, te, su integridad física y emocional puede verse Kemp, & Corr, 2007; Rojas, 2004). Sus princi-afectada.
pales signos son preocupaciones excesivas, im- La Organización Mundial de la Salud paciencia, irritabilidad y/o respuestas corporales (OMS, 2002) ha señalado que la violencia es un como temblores, tics nerviosos, sequedad en la problema de salud pública, y un contexto de este boca, sensación de mareo, taquicardia, dificul-tipo coadyuva en el surgimiento y desarrollo de tad para respirar, etc.
diversas psicopatologías. Experimentar situacio- Por su parte, la depresión es un estado sub- nes o acontecimientos de naturaleza traumáti- jetivo de tristeza continua, aunque también pue- ca implica la posibilidad de generar respuestas de manifestarse mediante otros signos como: emocionales y/o conductuales diversas —algu- apatía, pérdida de interés, melancolía, falta de nas adaptativas, otras perturbadoras— como es- iniciativa, insomnio o hipersomnia, irritabili- trés postraumático (EPT), ansiedad, depresión, dad, problemas de memoria, fatiga, cansancio, somatizaciones, modificación de esquemas cog- entre otros (Briere & Scott, 2006).
noscitivos, consumo de alcohol y drogas, entre Se ha encontrado que el abuso de sustan- otras (Briere & Scott, 2006; Evans & Sullivan, cias —particularmente de alcohol, cigarro y/o 1995; Saakvitne & Pearlman, 1996; Solomon, drogas psicotrópicas— correlaciona con la pre-Laor, & McFarlane, 2007). Se ha encontrado que sencia de sintomatología postraumática y de-más del 80% de las personas con diagnóstico de presiva en diversas poblaciones, ya sean civiles EPT presenta síntomas comórbidos de ansie- o militares (Acierno, Kilpatrick, Resnick, Saun-dad, depresión, somatizaciones o problemas con ders, & Best, 1996; Keane, Gerardi, Lyons, & el consumo de alcohol o drogas (van der Kolk, Wolfe, 1988; Lacoursiere, Godfrey, & Ruby, 1980; McFarlane, & Weisaeth, 2007).
Op Den Velde et al., 2002).
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA Por ejemplo, Bremner, Southwick, Darnell y desol amientos, lo que, en conjunto, podría y Charney (1996) documentaron en su muestra impactar en la formación de sintomatología que más de la mitad de los veteranos de guerra heterogénea.
de Vietnam mostraron signos de adicción alco- La organización internacional Artículo 19 hólica. De manera similar, en otro estudio, se (2013) confirmó que 72 periodistas fueron asesi-encontró que mujeres víctimas de abuso sexual nados y 15 desaparecidos de 2000 a 2012. El Co-durante su infancia reportaron consumir alco- mité para la Protección de los Periodistas (CPJ, hol con el objetivo de reducir el malestar gene- 2013), por su parte, contabilizó 14 comunicadores rado por los síntomas de EPT que presentaban asesinados y 12 desaparecidos de 2007 a 2012. Para (Epstein, Saunders, Kilpatrick, & Resnick, 1998). esta organización internacional, dicho periodo En la literatura sobre el tema se han formulado fue "uno de los más violentos para la prensa que algunas hipótesis que podrían explicar dicha jamás se haya registrado en el mundo" (CPJ, 2013, asociación; la principal señala que el abuso de párr. 1927). La Organización no Gubernamental sustancias —particularmente de alcohol y de Campaña Emblema de Prensa (CEP) —con esta-tabaco— se debe a una "automedicación" que tuto consultivo de la Organización de las Nacio-intenta aliviar el sufrimiento psicológico y emo- nes Unidas (ONU)— ubicó a México durante dos cional desencadenado por los acontecimientos años consecutivos (2010 y 2011) como el país más traumáticos (Chilcoat & Breslau, 1998; Khan- peligroso del mundo para ejercer el periodismo, al poseer el mayor número de homicidios de co- Sin embargo, de las categorías arriba men- municadores relacionados con "la guerra entre el cionadas, el trastorno de estrés postraumático Ejército y los cárteles de la droga" (Press Emblem ha sido el más estudiado en periodistas de di- Campaign-PEC, 2011, párr. 3).
ferentes países del mundo. A la fecha se han Simultáneamente, a raíz de la denominada identificado prevalencias de EPT que oscilan "guerra contra el narcotráfico", los indicadores entre 4.3% y 33.9% (Feinstein et al., 2002; Flores de violencia social en México se multiplicaron et al., 2012; Hatanaka et al., 2010; Newman et al., drásticamente. Entre diciembre de 2006 y no-2003; Pyevich et al., 2003; Smith, 2008; Teegen viembre de 2012 se registraron 83 mil ejecucio-& Grotwinkel, 2001; Weidmann et al., 2008). No nes y más de 25 mil desapariciones (Booth, 29 obstante, salvo dos estudios —uno publicado de noviembre de 2012; Mendoza & Mosso, 26 de en junio de 2012, que identificó sintomatología noviembre de 2012; Registro Nacional de Per-postraumática en periodistas mexicanos (Flores sonas Extraviadas o Desaparecidas, 2013). Una et al., 2012), y otro divulgado dos meses después tendencia similar se identificó entre diciembre (Feinstein, 2012)— ningún artículo de corte de 2012 y enero de 2014, registrándose 23,640 cuantitativo había tenido como referencia un homicidios producto de la "guerra" contra el contexto latinoamericano.
crimen organizado (Mendoza, 16 de marzo de En el caso particular de México, un amplio 2014). Algunos de estos hechos noticiosos fue- sector de periodistas ha sido víctima y/o testi- ron cubiertos in situ por reporteros, fotógrafos y go de violencia a lo largo de la última década. camarógrafos de diferentes estados del país.
Por un lado, han sido objeto de agresiones de- Dado este conjunto de indicadores de vio- rivadas de su práctica profesional y, por otro, lencia social, surge la imperiosa necesidad de durante la denominada "guerra contra el narco- cuantificar un espectro más amplio de respues- tráfico" han sido testigos cercanos de actos cri- tas emocionales y conductuales en periodistas minales como asesinatos, matanzas, ejecuciones mexicanos que trabajan sistemáticamente en REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ este contexto. Esto con el fin de determinar si, con mayor índice de muertes violentas del país en efecto, el periodismo sobre el narcotráfico en (Chihuahua, Guerrero, Sinaloa, Nuevo León y México representa un factor de riesgo psicoló- Tamaulipas), y en tres con el menor número gico para quienes lo practican, no solo de estrés (Yucatán, Campeche y Querétaro). En cuanto postraumático sino también de otro tipo de sin- al género, 53.4% fueron hombres y 46.6% muje- res. Con respecto a la edad, 19.8% se ubicó entre En este sentido, en el presente estudio, de los 20 y 29 años, 61.2% entre los 30 y 44, y 19% corte exploratorio y transversal, se han fijado entre los 45 y 59. La media fue de 36 años, con dos objetivos principales: una desviación estándar de 7.5 (una edad míni- 1. Identificar prevalencias de síntomas de an- ma de 21 y una máxima de 54 años).
siedad, depresión y EPT, así como niveles De los periodistas participantes, 77.1% de consumo de alcohol y cigarro, en una fueron reporteros y 22.9% fotógrafos. Este úl-muestra de reporteros y fotógrafos mexica- timo grupo, conformado por 32 periodistas, nos de diferentes fuentes periodísticas.
realizaba cotidianamente su labor periodísti- 2. Determinar si existen diferencias estadís- ca en situaciones de extrema violencia, como ticamente significativas en estas variables enfrentamientos armados, matanzas, decapita-entre aquellos periodistas que trabajan ciones, desol amientos, desapariciones forza-sistemáticamente temas de narcotráfico das, secuestros, etc. El 54.2% de los periodistas (PdN), y los que cubren otro tipo de fuentes trabajaba para medios impresos (periódicos de menor riesgo físico (PoF), como noticias y/o revistas), el 16.4% para medios electrónicos económicas, laborales, políticas, deportivas, (televisión, radio y/o internet) y el 29.4% com-científicas, culturales, etc.
binaba ambos (impresos y electrónicos).
El 63.5% de los periodistas cubrían sistemáti- camente noticias relacionadas con el narcotráfico y 36.5% otras fuentes de menor riesgo físico (eco- nomía, política, laboral, iglesia, deportes, ciencia, En el estudio participaron 140 periodistas cultura, entre otras). Estos últimos fueron identi- mexicanos de 23 de los 32 estados que conforman ficados como el grupo control. De los periodistas el territorio nacional. De ellos, 34.3% desempe- que cubrían temas relacionados con el narcotráfi- ñaba su trabajo profesional en la región norte, co, 55.4% fueron hombres y 44.6% mujeres.
10.7% en el bajío, 43.5% en el centro del país y 11.5% en el sur. La zona norte de la muestra in- cluyó a periodistas de los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Lista de chequeo (PTSD Checklist, PCL).
Baja California y Sinaloa. La zona del bajío con- Es un instrumento de auto reporte que evalúa tó con periodistas de Querétaro, Aguascalien- síntomas de estrés postraumático (EPT; Flores tes, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. En la zona et al., 2012; Weathers, Litz, Herman, Huska, & centro participaron comunicadores del Estado Keane, 1993). Existen dos versiones, una para de México, Distrito Federal, Morelos y Puebla. su aplicación en civiles y otra en militares. El Y, finalmente, la zona sur incluyó a periodistas instrumento agrupa 17 reactivos, los cuales co-de los estados de Chiapas, Campeche, Guerrero, rresponden al conjunto de síntomas identifi-Oaxaca, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán.
cados en el DSM-IV-TR para los criterios B, C En el levantamiento de datos participaron y D (reexperimentación intrusiva, evitación y periodistas que trabajaban en los cinco estados activación, respectivamente). A los periodistas DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA se les instruyó para que indicaran cuánta mo- Inventario de Depresión de Beck (BDI).
lestia les había causado cada uno de los sínto- Es una escala que mide presencia y severidad mas durante el último mes, usando una escala de síntomas depresivos, y está constituida por Likert, en la que 1 equivale a ninguna moles- 21 reactivos en forma de oraciones (Beck, Ward, tia, 2 un poco, 3 moderadamente, 4 mucho y 5 Mendelson, Mock, & Erbaugh, 1961; Jurado et demasiada. Al final del instrumento se añadió al., 1998). El instrumento identifica sentimien-una pregunta abierta en la que se le solicitó al tos de fracaso, culpa, castigo, insatisfacción, reportero que describiera la "experiencia perio- odio a sí mismo, impulsos suicidas, periodos de dística estresante" que tuvo en mente mientras l anto, problemas de sueño, cansancio, pérdida respondía las preguntas; esto con el propósito de apetito y libido, indecisión, aislamiento, irri-de corroborar que la vivencia traumática estu- tabilidad, imagen corporal, entre otras respues- viera relacionada con su actividad profesional tas depresivas. En la versión mexicana del BDI, y no con una experiencia desencadenante ajena los niveles mínimos de depresión se determinan al ámbito periodístico. De esta manera, también con un puntaje de 0 a 9; los leves de 10 a 16; se pudo corroborar que dicho evento cubriera los moderados de 17 a 29; y los severos de 30 a el criterio A1 del DSM-IV-TR (APA, 2000). La 63 puntos (Jurado et al., 1998). Esta versión pre-versión original norteamericana del PTSD Chec- senta una consistencia interna aceptable (alfa klist reporta una confiabilidad total de .96 (alfa de Cronbach=.87, p<.000). El análisis factorial de Cronbach), y la versión mexicana para perio- de la versión mexicana, igual que el original, distas de .92 (Flores et al., 2012).
se compone de tres factores, y su validez con-currente es aceptable (la correlación estadísti- Inventario de Ansiedad de Beck (BAI). ca entre el BDI y la escala de Zung fue: r=.70,
Es un instrumento de auto reporte que evalúa p<.000).
presencia y severidad de sintomatología ansio-sa (Beck, Epstein, Brown, & Steer, 1988; Robles, AUDIT (Alcohol Use Disorder Identifi-
Varela, Jurado, & Páez, 2001). Esta escala fue cation Test). Es un instrumento de tamizaje,
desarrol ada por Beck en 1988 y la constituyen estructurado y autoaplicable, diseñado por la
21 reactivos, los cuales se califican en una esca-
Organización Mundial de la Salud (OMS), el la Likert de 4 puntos, donde 0 significa poco o cual está integrado por 10 preguntas (Babor, Hi-nada y 3 severamente. La versión mexicana del ggins-Biddle, Saunders, & Monteiro; 2001; Vi- BAI ubica diferentes niveles de severidad según l amil, Valencia, Medina-Mora, & Juárez, 2009). el puntaje obtenido (0 a 5, nivel mínimo; 6 a 15, Las tres primeras se relacionan con la cantidad leve; 16 a 30, moderado; y 31 a 63, severo; Robles y frecuencia del consumo de alcohol, las tres et al., 2001). Esta versión presenta una consis- siguientes evalúan dependencia, y las cuatro tencia interna aceptable (alfa de Cronbach de últimas se refieren a problemas causados por .84), una alta confiabilidad test retest (r=.75), y el alcohol. Cada pregunta tiene de tres a cinco una validez convergente adecuada (los índices opciones de respuesta, a las cuales se asignan de correlación entre el BAI y el IDARE fueron valores progresivos de 0 a 4. El instrumento fue moderados, positivos y con una p<.05). Su es- diseñado con el propósito de detectar tres nive- tructura es de cuatro factores principales, la les de riesgo en el consumo de alcohol: el nivel cual coincide con la referida por otros autores seguro se determina cuando el puntaje es igual o en su versión original (Osman et al., 1997).
menor a 8; el riesgoso cuando se ubica entre 9 y REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ 18; y el dañino cuando es igual o mayor a 19. La enfrentan cotidianamente los periodistas de nar-versión mexicana del AUDIT presenta un alfa de cotráfico en zonas de conflicto. Estas opciones Cronbach=.81 y posee un buen índice de corre- también se ajustaron al criterio A1 establecido lación con el MAST (Michigan Alcohol Screening en el DSM-IV-TR para el estrés postraumático Test, r=.88; Vil amil et al., 2009).
(EPT). Dicho criterio establece que un evento es traumático cuando representa un "peligro para Prueba de Fagerström (Becoña & Váz-
la vida […] o para la integridad física", cuando quez, 1998; Fagerström, 1978). Detecta el gra-
el individuo es "testigo de un acontecimiento en do de dependencia nicotínica relacionada con el que se producen muertes o heridos" o cuando el consumo de cigarros y está constituida por "conoce a través de cualquier persona aconte-seis reactivos; cuatro de ellos son de respuesta cimientos que implican muertes inesperadas o dicotómica (si/no) y los otros dos se responden violentas" (APA, 2000, p. 435).
según una escala Likert de cuatro opciones (0 a 3 puntos). La interpretación fluctúa de no depen- dencia a dependencia muy fuerte. El coeficiente La aplicación de los instrumentos se realizó de consistencia interna (alfa de Cronbach) obte- mediante el uso de una página web. Se decidió nido en diferentes muestras oscila entre .56 y .64.
utilizar este mecanismo de acopio de datos por dos razones fundamentales: por un lado, debido Cuestionario sociodemográfico. A partir a la dificultad que representaba aplicar los ins-
de este cuestionario se obtuvo información ele- trumentos personalmente, dada la distancia en- mental del periodista como el sexo, la edad, el tre la ubicación de los investigadores (Ciudad de estado civil, la fuente que habitualmente cubre y México) y la de algunos periodistas participantes las amenazas recibidas. Sin embargo, también se (interior de la República). Y por otro lado, por la incluyó una pregunta adicional, la cual evaluó si facilidad que brinda este medio para responder durante el último año el periodista había estado los instrumentos en el momento en que los par-expuesto a alguna situación traumática derivada ticipantes así lo decidan, sin sujetarse a una cita de su práctica profesional en zonas de conflicto. u horario predeterminado de aplicación.
A esta pregunta se le denominó "Exposición a si- Mediante correos electrónicos, llamadas tuaciones traumáticas en periodistas que cubren telefónicas o personalmente, se invitó a 938 pe-noticias de narcotráfico". Las cinco situaciones riodistas mexicanos de diferentes medios de incluidas como opciones de respuestas fueron comunicación para que participaran en la in-las siguientes: vestigación. Sus datos personales (correos elec- 1. Enfrentamientos armados.
trónicos y teléfonos) se obtuvieron de diferentes 2. Muertes violentas, asesinatos o matanzas.
organizaciones gremiales, tanto nacionales como 3. Amputaciones o fragmentación de cuerpos.
locales. Del total de periodistas invitados a par- 4. Heridas graves.
ticipar, solo 161 (15%) accedieron a contestar los 5. Contacto cercano con víctimas de la guerra o instrumentos; sin embargo, al ser revisadas sus con familiares (sobre todo mujeres y niños).
respuestas, se encontró que 21 cuestionarios esta-ban incompletos, por lo que se decidió eliminar- Las cinco opciones fueron elaboradas con los de la muestra, de manera que solamente 140 la ayuda de cuatro reporteros que han cubierto participantes se incluyeron en el análisis final.
periodísticamente el tema del narcotráfico du- Todos los periodistas otorgaron su consen- rante más de 15 años, estas condensan los even- timiento informado para participar en la inves- tos más comunes y representativos a los que se tigación. A todos ellos se les notificó sobre los DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA objetivos, procedimientos y posibles beneficios de los resultados, medias aritméticas y desvia-del estudio. También se les comunicó que su ciones estándar para identificar prevalencias. participación en el levantamiento de datos era Para establecer correlaciones, se utilizó la prue-completamente voluntaria, y que si decidían re- ba de Pearson y, finalmente, con el objetivo de tirarse en algún momento, estaban en su com- determinar si existían diferencias entre grupos, pleto derecho de hacerlo. A todos los periodistas se realizaron pruebas t de Student para mues-se les garantizó que los datos personales obteni- tras independientes y ANOVA de un factor con dos durante la investigación iban a ser resguar- el método Tukey.
dados con absoluta confidencialidad.
Una vez que otorgaron su consentimiento, se les proporcionó una contraseña con la cual De los datos obtenidos en el estudio se podrían acceder a los cuestionarios. Al ingresar desprende que una inmensa mayoría de los pe-a la sección donde se ubicaban los instrumentos, riodistas que cubren sistemáticamente noticias cada periodista tuvo la oportunidad de respon- de narcotráfico (97.7%), experimentó al menos derlos a cualquier hora y desde su propio lugar tres modalidades de exposición a eventos trau-de residencia.
máticos durante el 2011. Del total de periodis- El levantamiento de datos se realizó duran- tas de narcotráfico, 45.5% estuvo expuesto, al te el segundo semestre de 2011. Durante ese año menos, a un enfrentamiento armado; 100% fue se registraron en México 12,359 asesinatos rela- testigo directo o indirecto de muertes violen- cionados con el crimen organizado. Dichas eje- tas, asesinatos o matanzas; 59.1% cubrió algún cuciones se perpetraron con extrema violencia caso de amputación o fragmentación de cuer-mediante diferentes modalidades (en ese perio- pos; 96.6% observó casos de personas heridas; do, en efecto, se contabilizaron 596 decapitacio- y 93.2% tuvo contacto cercano con familiares de nes y más de 1,000 personas torturadas; Baranda víctimas de la guerra. El reactivo que determi-& Herrera, 2012). Como actos extremos, algunos na la exposición a dichas situaciones traumáti-grupos del crimen organizado optaron por exhi- cas (evaluada con la suma de los valores totales bir a los cadáveres en lugares públicos, y la prensa para cada una de las diferentes categorías) se nacional dio testimonio narrativo y visual de los correlacionó de forma significativa con los hechos. Durante ese mismo año, la organización puntajes totales del PTSD Checklist (r=.451), y Artículo 19 contabilizó 172 agresiones relaciona- de forma moderada con el BAI (r=.232). Adi- das con el ejercicio de la libertad de prensa. Entre cionalmente, se encontró que 70.5% de los los casos de mayor impacto se encontraron nue- periodistas que cubren noticias de narcotrá- ve asesinatos de periodistas, dos de trabajadores fico fueron víctimas de alguna agresión físi-de medios, dos desapariciones de comunicadores ca o amenaza por parte de policías, militares, y ocho agresiones con armas de fuego o explosi- funcionarios públicos o miembros del crimen vos contra instalaciones de diferentes medios de organizado durante el 2011. Al realizar pruebas comunicación (Article 19, 2012).
ANOVA no se encontraron diferencias signifi-cativas por región geográfica en las variables estudiadas (estrés postraumático, depresión, Los datos obtenidos se analizaron con el ansiedad, y consumo de alcohol y tabaco) ni programa SPSS 19 (Statistical Package for the por estado civil.
Social Sciences), y se emplearon diferentes es- En cuanto a los indicadores de síntomas trategias estadísticas para cada una de las varia- de estrés postraumático, se obtuvieron los si- bles. Se examinaron frecuencias y porcentajes guientes resultados: la media del puntaje del REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ PTSD Checklist en la muestra total fue de 38.78 hombres y mujeres. Tampoco se identificaron (DE=13.68). Con respecto a los síntomas que diferencias cuando se compararon a los perio-lo constituyen, se encontró una media de 9.82 distas amenazados (PA) con los no amenazados (DE=3.99) en el criterio B (intrusión); 10.17 (PnA). Sin embargo, en cuanto al tipo de fuente, (DE=4.51) en el criterio C (evitación); y 18.80 sí se encontraron diferencias significativas en los (DE=7.45) en el criterio D (activación). La preva- tres criterios sintomáticos, siendo los periodistas lencia de síntomas de EPT (obtenida mediante de narcotráfico (PdN) quienes reportaron me-un punto de corte de 43/44) fue de 33.9% en la dias más altas que los de otras fuentes. Lo mismo muestra total; 41.1% en el grupo de reporteros ocurrió cuando se comparó a los reporteros con que cubre noticias de narcotráfico (PdN); 19.4% los fotógrafos, ya que estos últimos presentaron en los reporteros que trabajan en otras fuentes medias significativamente más altas que los pri-(PoF); y 54.2% en fotógrafos.
meros en los tres criterios (ver Tabla 2).
No se encontraron diferencias estadística- Por su parte, los resultados del análisis del mente significativas entre hombres y mujeres ni Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) revelaron tampoco entre los grupos de periodistas amena- una puntuación media de 23.01 (DE=11.91) en la zados (PA) y no amenazados (PnA). Sin embargo, muestra global. Según los rangos estandarizados sí se encontraron diferencias por tipo de fuente y para la población mexicana, 43.5% de los perio-actividad profesional, siendo los periodistas que distas presentaron ansiedad moderada y 26.1% cubren temas de narcotráfico (PdN) quienes re- severa. En cuanto a la prevalencia desagregada portaron una media más alta en comparación con por fuente, se encontró que 43.2% de los perio-los de otras fuentes (PoF). Por su parte, los fotó- distas que cubren sistemáticamente noticias de grafos también presentaron una media significati- narcotráfico (PdN) mostraron síntomas mode- vamente más alta que los reporteros (ver Tabla 1).
rados y 33.8% severos. Por su parte, 43.9% de los Con respecto a los tres criterios sintomá- reporteros que trabajan en otras fuentes (PoF) ticos de EPT identificados en el estudio (intru- presentaron niveles moderados y 12.2% severos. sión, evitación y activación), no se encontraron Los resultados completos pueden observarse en diferencias estadísticamente significativas entre la Figura 1.
Tabla 1
Diferencias por género, fuente, actividad profesional y amenazas (ptsd Checklist, puntajes globales)
Nota: PdN = periodistas que cubren sistemáticamente noticias sobre narcotráfico; PoF = periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.); PA = periodistas amenazados y/o agredidos durante el último año debido a su trabajo periodístico; PnA = periodistas no amenazados.
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA Tabla 2
Diferencias por género, fuente, actividad profesional y amenazas (ptsd Checklist, por criterio b, c, y d)
Intrusión (Criterio B)
2. Fotógrafos1. PA Evitación (Criterio C)
2. Fotógrafos1. PA Activación (Criterio D)
Nota: PdN = periodistas que cubren sistemáticamente noticias sobre narcotráfico; PoF = periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.); PA = periodistas amenazados y/o agredidos durante el último año debido a su trabajo periodístico; PnA = periodistas no amenazados.
Porcentaje
Figura 1. Prevalencias obtenidas en el bai. gral = muestra total; pdn = periodistas que cubren sistemática-
mente noticias sobre narcotráfico; pof= periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.).
REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ Al comparar las medias de los puntajes del (DE=8.62) en la muestra global. Utilizando los BAI no se observaron diferencias estadística- rangos estandarizados para la población mexi-mente significativas entre mujeres y hombres, cana, 29.4% de los periodistas presentaron sín-tampoco se encontraron diferencias entre perio- tomas depresivos moderados y 3.7% severos. En distas amenazados (PA) y no amenazados (PnA), cuanto a la prevalencia desagregada por fuente, ni entre reporteros y fotógrafos. La única diferen- se encontró que 37% de los periodistas de nar- cia significativa se estableció entre los periodistas cotráfico (PdN) mostraron niveles moderados y que cubren sistemáticamente noticias de narco- 5.5% severos. Por su parte, 13.9% de los reporte- tráfico (PdN) y los de otras fuentes (PoF), siendo ros que cubren otras fuentes (PoF) presentaron los primeros quienes presentaron una media más síntomas moderados y ninguno se ubicó en el alta que los segundos (ver Tabla 3).
rango de severo. Los resultados completos pue- Con respecto a los resultados del BDI, den observarse en la Figura 2.
se identificó una puntuación media de 12.60 Tabla 3
Diferencias por género, fuente, actividad profesional y amenaza (bai)
Nota: PdN = periodistas que cubren sistemáticamente noticias sobre narcotráfico; PoF = periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.); PA = periodistas amenazados y/o agredidos durante el último año debido a su trabajo periodístico; PnA = periodistas no amenazados.
Porcentaje
Figura 2. Prevalencias obtenidas en el bdi. gral = muestra total; pdn = periodistas que cubren sistemática-
mente noticias sobre narcotráfico; pof = periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.).
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA Como puede observarse en la Tabla 4, no se (PnA; p=.12), así como tampoco entre periodis- encontraron diferencias estadísticamente signi- tas de narcotráfico (PdN) y los de otras fuentes ficativas entre reporteros y fotógrafos, ni tampo- (PoF; p=.11). La única diferencia significativa se co entre los grupos de periodistas amenazados estableció entre reporteros y fotógrafos (p=.02), (PA) y no amenazados (PnA). No obstante, las siendo los primeros quienes presentaron una mujeres sí mostraron síntomas depresivos sig- media más alta (8.27) que los segundos (4.63).
nificativamente más elevados que los hombres. Al realizar los análisis de la prueba de Fa- Este mismo fenómeno ocurrió entre los perio- gerström, se identificó una puntuación media distas que cubren noticias de narcotráfico (PdN) global de 1.31 (DE=2.25). Los puntajes para de-y los de otras fuentes (PoF), siendo los primeros terminar el grado de dependencia al cigarro quienes presentaron una media significativa- (nicotina) en la prueba de Fagerström se ubican mente más alta que los segundos.
entre 3 y 10 puntos. Un resultado entre 0 y 2 pun- Con respecto a los puntajes globales del tos indica que el sujeto no presenta dependencia; AUDIT, se identificó una media de 7.48 (DE=7.17). entre 3 y 4 identifica una dependencia débil; 5 y 6 Según los rangos de tamizaje estandarizados dependencia moderada; 7 y 8 fuerte; y, finalmen-para la población mexicana, 76.4% de los perio- te, 9 y 10 dependencia muy fuerte.
distas de la muestra total se ubicó en un rango de En este estudio se tomaron en cuenta los consumo seguro, y 23.6% en niveles de riesgo o puntajes iguales o superiores a cinco para identi-dañino. En cuanto al porcentaje desagregado por ficar una dependencia al cigarro. En consecuen-fuente, se encontró que 25.7% de los periodistas cia, el porcentaje de dependencia (moderada, que cubren noticias de narcotráfico (PdN) se ubi- fuerte o muy fuerte) de la muestra total fue de caron en la misma categoría de riesgo o dañina.
8.3%. Con respecto al valor desagregado por Al comparar sus respectivas medias, no se fuente, se encontró que 9.7% de los periodis- encontraron diferencias estadísticamente signifi- tas que cubrían noticias de narcotráfico (PdN) cativas entre hombres y mujeres (p=.60) ni entre presentaron niveles de dependencia moderada, periodistas amenazados (PA) y no amenazados fuerte o muy fuerte.
Tabla 4
Diferencias por género, fuente, actividad profesional y amenazas (bdi)
Nota: PdN = periodistas que cubren sistemáticamente noticias sobre narcotráfico; PoF = periodistas que cubren otras fuentes (economía, política, laboral, iglesia, educación, salud, cultura, deportes, espectáculos, etc.); PA = periodistas amenazados y/o agredidos durante el último año debido a su trabajo periodístico; PnA = periodistas no amenazados.
REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ Al comparar las medias, no se encontraron bomberos (6.5% a 37%, Del Bel, Scotti, Chen, & diferencias estadísticamente significativas entre Fortson, 2006), e inclusive combatientes, cuyas hombres y mujeres (p=.69) ni entre periodis- prevalencias oscilan entre 3% y 35.8% (Richard- tas de narcotráfico (PdN) y los de otras fuentes son, Frueh, & Acierno, 2010; Seal, Bertenthal, (PoF; p=.18), así como tampoco entre reporteros Miner, Sen, & Marmar, 2007). No obstante, con-y fotógrafos (p=.52). La única diferencia signi- vendría tomar con suma cautela una compara- ficativa se estableció entre periodistas amena- ción tan literal, debido a que las metodologías zados (PA) y no amenazados (PnA; p=.006), empleadas en los diferentes estudios –aunque siendo los primeros quienes presentaron una parecidas– no son exactamente las mismas, así media más alta (1.37) que los segundos (0.36).
como tampoco el tamaño de las muestras, ni los Por último, se encontró que los puntajes instrumentos utilizados.
totales del PTSD Checklist correlacionaron de En el resto de los indicadores se observó un forma significativa con el BAI (r=.674) y con fenómeno similar. La prevalencia de síntomas el BDI (r=.514). Entre los puntajes de estos dos de ansiedad en la muestra global de periodis-últimos instrumentos también se estableció una tas también fue muy elevada (69.9%). Sin em-correlación significativa (r=.460). Sin embargo, bargo, cuando la información se desagregó por el AUDIT y la prueba de Fagerström no corre- tipo de fuente, se encontró que los periodistas lacionaron entre sí (r=.127), ni tampoco estos que cubrían sistemáticamente noticias de narco-últimos con el PTSD Checklist (r=.142 y r=-.064, tráfico (PdN) presentaban una prevalencia más respectivamente).
alta (77%) que los reporteros de otras fuentes (56.1%). Aun así, los indicadores de ambos gru- pos son muy elevados: en promedio tres de cada De los resultados obtenidos en este estu- cuatro periodistas de narcotráfico se mostraron dio, se destacan las elevadas prevalencias de ansiosos como resultado de su trabajo profe-síntomas de ansiedad, depresión y EPT en la sional en zonas de violencia, y uno de cada dos muestra global de periodistas, pero sobre todo periodistas de otras fuentes presentaron indica-en el grupo que cubre sistemáticamente noticias dores "moderados" o "severos". Lo anterior su-de narcotráfico y crimen organizado. De todos giere que ejercer el periodismo en México en un ellos, los fotógrafos son los que se ubican en una contexto de violencia (directa o indirecta) repre-situación especialmente vulnerable al mostrar senta un fuerte generador de respuestas físicas y elevadas prevalencias en las tres estructuras clí- emocionales propias de la ansiedad.
nicas. En consecuencia, se puede concluir que Por otra parte, la prevalencia de síntomas el periodismo de narcotráfico en México se si- depresivos (moderados o severos) en periodistas túa como un potencial factor de riesgo físico y de narcotráfico fue igualmente elevada (42.5%). emocional para quienes lo ejercen. Resulta claro, Dicha prevalencia resultó muy cercana a la de pues, que el impacto psicológico de las cobertu- EPT (41.1%), lo cual corrobora que ambas sinto- ras de violencia es generalizado, dado que no se matologías suelen presentarse en forma comór-encontraron diferencias significativas entre las bida o concurrente, tal y como se ha encontrado cuatro regiones geográficas estudiadas en esta en estudios previos (Breslau, Davis, Andreski, & investigación.
Peterson, 1991; Elhai, Contractor, Palmieri, For- La prevalencia de síntomas de EPT identi- bes, & Richardson, 2011; Kessler, Sonnega, Bro- ficada en este estudio fue, en efecto, superior a la met, Hughes, & Nelson, 1995). La correlación de otras poblaciones de alto riesgo, como repor- entre ambas manifestaciones, en efecto, fue sig- teros de guerra (28.6%; Feinstein et al., 2002), nificativamente alta; algo similar ocurrió entre DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA la sintomatología ansiosa y la depresiva y entre encontraron correlaciones significativas entre el el PTSD Checklist y el BAI.
consumo de cigarro y la presencia de ansiedad o En cuanto al consumo de alcohol en el gre- depresión. En este sentido, quizás valdría la pena mio, se encontró que 23.6% de los periodistas de investigar en un futuro algunas posibles razones la muestra total se ubicaron en un nivel de "ries- de por qué el consumo de cigarro y alcohol — go" o "dañino"; pero, a diferencia de los casos usualmente identificados como mecanismos anteriores (EPT, ansiedad y depresión), al desa- evasivos propios del EPT— no correlacionaron gregar la información por fuente, las variaciones de forma significativa con la presencia de sin-no fueron significativas. Aunque los niveles en tomatología postraumática, depresiva o de an-el consumo no son altos, llama particularmen- siedad en periodistas mexicanos. También sería te la atención que en este estudio no se estable- conveniente indagar por qué sus prevalencias ciera alguna correlación entre la sintomatología fueron notablemente bajas y qué tipo de varia-postraumática y el consumo de alcohol, lo cual bles pudieron estar interviniendo.
difiere notablemente con lo obtenido en otros Una respuesta preliminar a estos interro- estudios (Evans & Sullivan, 1995; Kofoed, Fried- gantes, sin embargo, podría atribuirse al pro- man, & Peck, 1993). En anteriores investigacio- blema de la deseabilidad social, puesto que la nes se ha identificado, en efecto, que personas estigmatización del alcohólico en la cultura con EPT tienen mayores probabilidades de pre- mexicana tiene una connotación profundamen- sentar problemas con el consumo de alcohol.
te negativa. Durante el levantamiento de datos Por su parte, los niveles de dependencia a la quizás resultó más fácil para los periodistas nicotina fueron los más bajos de todas las cate- reconocer y admitir la presencia de síntomas gorías. Solo 8.3% de la muestra total se ubicó en psicológicos derivados de una experiencia ex-niveles de dependencia moderada, fuerte o muy terna, que aceptar un eventual problema perso-fuerte. Estos datos echan parcialmente abajo la nal con el consumo de alcohol (cuyas acciones idea generalizada de que en el gremio periodís- son más bien volitivas y requieren de una toma tico los niveles de consumo de cigarro son signi- de decisión propia o de la aceptación de cierta ficativamente altos. Llama la atención, además, responsabilidad en la conducta). De cualquier que en este estudio tampoco se hubiera estable- forma, resulta conveniente la implementación cido una correlación entre el PTSD Checklist y la de otros estudios que pudieran responder estas prueba de Fagerström. En otras investigaciones inquietudes.
se ha identificado que en promedio 45% de las Asimismo, vale la pena enfatizar los hal az- personas con diagnóstico de EPT paralelamente gos con respecto al género. Los indicadores ob-presentan indicadores de consumo de cigarro. tenidos en este estudio muestran que, salvo en el Más aún, se sabe que individuos que han vivido caso de la depresión, en el resto de las variables eventos traumáticos presentan mayores proba- (EPT, intrusión, evitación, activación, ansiedad, bilidades de fumar que aquellos que no los ex- consumo de alcohol y cigarro) no se encontra- perimentaron (Feldner, Babson, & Zvolensky, ron diferencias significativas entre hombres y 2007; Koenen et al., 2005; Rose, 2005).
mujeres, dejando en claro que el impacto de la A diferencia de lo mostrado en otros estu- violencia del narcotráfico no distingue a los pe- dios con diferentes poblaciones (Haro & Druc- riodistas según el sexo.
ker-Colín, 2004; Johnson et al., 2000; Kahler, Por último, consideramos que una de las Brown, Strong, Lloyd-Richardson, & Niaura, limitaciones de esta investigación fue el elevado 2003; Lai, Hong, & Tsai, 2001; Moreno & Me- porcentaje de rechazo en la participación (85%) dina-Mora, 2008), en esta investigación no se con respecto al número de invitaciones realizadas REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ (938). Sin embargo, debe considerarse que la na- en términos empíricos, se convierta, en un futu- turaleza multidimensional del trauma conlleva ro próximo, en un problema social y de salud pú-implícitamente la posibilidad de un impacto he- blica de elevadas proporciones. Consideramos terogéneo en diversas áreas, incluida la esfera de importante, pues, que las empresas de comuni-los esquemas cognoscitivos (esto es, el vasto uni- cación y el propio Estado mexicano asuman su verso de creencias y percepciones sobre sí mismo responsabilidad moral, ética, laboral y legal, con y sobre el mundo).
el fin de proteger la integridad física y psicológi- Saakvitne y Perlman (1996) han señalado ca de los periodistas que trabajan y arriesgan su sistemáticamente que el trauma altera las per- vida en las zonas de conflicto.
cepciones de seguridad, confianza, estima, inti-midad y control de las personas, a tal grado que el mundo interior ya no vuelve a ser el mismo. Queremos agradecer profundamente a to- Los individuos afectados por un trauma son des- dos los reporteros y fotógrafos que participaron confiados, con regularidad sospechan de las mo- en esta investigación. En especial, queremos re- tivaciones de los demás y se sienten sumamente cordar a Regina Martínez, periodista mexicana inseguros ante cualquier circunstancia descono- de trayectoria intachable. Durante el levanta- cida. En este sentido, más que debilitar los hal az- miento de datos en Veracruz, el a participó ac- gos, la baja participación registrada en el estudio tivamente respondiendo los instrumentos y nos podría estar indicando —paradójicamente— la contactó con otros periodistas de la región. Cua-presencia de un fuerte impacto psicológico en tro meses después, la madrugada del 28 de abril áreas no medidas en esta investigación, como la de 2012, Regina fue arteramente asesinada en confianza, el control y la seguridad, principal- el interior de su casa. Hasta la fecha, su caso ha mente. Sin embargo, esta interpretación no ne- permanecido impune como el de muchos otros garía la posibilidad de que un amplio sector de periodistas. Su calidad humana y profesional periodistas hubiera tenido otras razones diferen- quedará para siempre en cada uno de nosotros.
tes para no participar como, por ejemplo, falta de tiempo, cansancio, apatía, flojera u otros factores ajenos a la problemática de violencia social que Acierno, R., Kilpatrick, D. G., Resnick, H. S., Saunders, se vive en el país.
B. E., & Best, C. L. (1996). Violent assault, post- Pese a esta limitación, consideramos que traumatic stress disorder, and depression: Risk se puede destacar una conclusión estructural factors for cigarette use among adult women. en el estudio. A saber, que la práctica periodís- Behavior Modification, 20(4), 363-384.
tica en México sobre temas relacionados con el Article 19 (2012). Silencio forzado. El Estado, cómplice narcotráfico y crimen organizado, representa un de la violencia contra la prensa en México. Informe factor de riesgo en la configuración de diversas 2011. México: Article 19.
sintomatologías, particularmente, de estrés pos- Article 19 (2013). Doble asesinato. La prensa entre la traumático, depresión y ansiedad. El conjunto violencia y la impunidad. Informe México 2012. de datos aquí revelados fortalece la necesidad México: Article 19.
de impulsar políticas públicas que logren in- American Psychiatric Association - APA (2013). Diag- corporar medidas de prevención, protección y nostic and statistical manual of mental disorders, atención para periodistas mexicanos que coti- (5th ed.). Washington: APA.
dianamente trabajan en escenarios de violencia Asociación Psiquiátrica Americana - APA (2000). y barbarie. De lo contrario, se correrá el grave Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos riesgo de que una problemática ya identificada mentales (DSM-IV-TR). Barcelona: Masson.
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA Babor, T., Higgins-Biddle, J., Saunders, J., & Monteiro, disorder in a urban population of young adults. M. (2001). AUDIT. The alcohol use disorders Archives of General Psychiatry, 48(3), 216-222.
identification test. Guidelines for use in primary Byrne, B. (2000). Relationships between anxiety, fear, care. World Health Organization (WHO). Recu- self-esteem and coping strategies in adolescence. perado de http://whqlibdoc.who.int/hq/2001/ Adolescence, 35(137), 201-215.
Committee to Protect Journalists - CPJ (2013). Ataques Baranda, A. & Herrera, R. (2012). Escala la narcovio- a la prensa. Periodismo bajo fuego cruzado en 2012. lencia. Repuntan ejecuciones en cuatro entidades. México. Recuperado de http://cpj.org/es/2013/02/ Lamentan impacto de la inseguridad en la sociedad durante el 2011. Reforma, 1.
Chilcoat, H. D. & Breslau, N. (1998). Posttraumatic Beck, A., Epstein, N., Brown, G., & Steer, R. (1988). stress disorder and drug disorders: Testing causal An inventory for measuring clinical anxiety: pathways. Archives of General Psychiatry, 55(10), Psychometric properties. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 56(6), 893-897.
Del Ben, K., Scotti, J., Chen, Y., & Fortson, B. (2006). Beck, A., Ward, C., Mendelson, M., Mock, J., & Prevalence of posttraumatic stress disorder symp- Erbaugh, J. (1961). An inventory for measuring de- toms in firefighters. Work & Stress, 20(1), 37-48.
pression. Archives of general psychiatry, 4, 561-571.
Elhai, J., Contractor, A., Palmieri, P., Forbes, D., & Becoña, E. & Vázquez, F. (1998). The Fagerström Test Richardson, D. (2011). Exploring the relationship for nicotine dependence in a Spanish sample. between underlying dimensions of posttraumatic Psycological Reports, 83(3), 1455-1458.
stress disorder and depression in a national, Blackholm, K. & Björkvist, K. (2010). The effects of trauma-exposed military sample. Journal of Affec- exposure to crisis on well-being of journalists: A tive Disorders, 133(3), 477-480.
study of crisis-related factors predicting psycho- Epstein, J. N., Saunders, B. E., Kilpatrick, D. G., & logical health in a sample of Finnish journalists. Resnick, H. S. (1998). PTSD as a mediator between Media, War, & Conflict, 3(2), 138-151.
childhood rape and alcohol use in adult women. Blackholm, K. & Björkvist, K. (2012). Journalists' Child Abuse and Neglect, 22(3), 223-234.
emotional reactions after working with the Jokela Evans, K. & Sullivan, J. M. (1995). Treating addicted school shooting incident. Media, War, & Conflict, survivors of trauma. New York: Guilford Press.
Fagerström, K. (1978). Measuring degree of physical Booth, W. (29 de noviembre de 2012). Mexico's dependence to tobacco smoking with reference to crime wave has left about 25,000 missing, gover- individualization of treatment. Addictive Behaviors, nment documents show. The Washington Post. Feinstein, A. (2012). Mexican journalists: An investiga- tion of their emotional health. Journal of Traumatic Stress, 25(4), 480-483.
Bremner, J. D., Southwick, S. M., Darnel , A., & Char- Feinstein, A., Owen, J., & Blair, N. (2002). A hazardous ney, D. S. (1996). Chronic PTSD in Vietnam com- profession: War, journalism and psychopathology. bat veterans: Course of illness and substance abuse. American Journal of Psychiatry, 159(9), 1570-1576.
American Journal of Psychiatry, 153(3), 369-375.
Feldner, M. T., Babson, K. A., & Zvolensky, M. J. (2007). Briere, J. & Scott, C. (2006). Principles of trauma thera- Smoking, traumatic event exposure, and post- py. A guide to symptoms, evaluation and treatment. traumatic stress: A critical review of the empirical California: Sage.
literature. Clinical Psychology Review, 27(1), 14-45.
Breslau, N., Davis, G. C., Andreski, P., & Peterson, E. L. Flores, R., Reyes, V., & Reidl, L. M. (2012). Síntomas de (1991). Traumatic events and posttraumatic stress estrés postraumático (EPT) en periodistas mexi- REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP. ROGELIO FLORES MORALES, VERÓNICA REYES PÉREZ, & LUCY MARÍA REIDL MARTÍNEZ canos que cubren la guerra contra el narcotráfico. A twin registry study of the relationship between Suma Psicológica, 19(1), 7-17.
posttraumatic stress disorder and nicotine de- Freinkel, A., Koopman, C., & Speigel, D. (1994). pendence in men. Archives of General Psychiatry, Dissociative symptoms in media eyewitness of an execution. American Journal of Psychiatry, 151(9), Kofoed, L., Friedman, M. J., & Peck, R. (1993). Alco-1335-1340.
holism and drug abuse in patients with PTSD. Haro, R. & Drucker-Colín, R. (2004). Effects of long- Psychiatric Quarterly, 64(2), 151-171.
term administration of nicotine and fluoxetine on Lacoursiere, R., Godfrey, K., & Ruby, L. (1980). Trau-sleep in depressed patients. Archives of Medical matic neurosis in the etiology of alcoholism: Viet- Research, 35(6), 499-506.
nam combat and other trauma. American Journal Hatanaka, M., Matsui, Y., Ando, K., Inoue, K., Fukuoka, of Psychiatry, 137(8), 966-968.
Y., Koshiro, E., & Itamuara, H. (2010). Traumatic Lai, I., Hong, C., & Tsai, S. (2001). Association study stress in Japanese broadcast journalists. Journal of of nicotinic receptor variants and major depressive Traumatic Stress, 23(1), 173-177.
disorder. Journal of Affective Disorders, 66(1), 79-82.
Johnson, J. G., Cohen, P., Pine, D. S., Klein, D. F., Kase, McMahon, C. (2001). Covering disaster: A pilot study S., & Brook J. S. (2000). Association between into secondary trauma for print media journalists cigarette smoking and anxiety disorders during reporting on disaster. Australian Journal of Emer- adolescence and early adulthood. The Journal of the gency Management, 16, 52-56.
American Medical Association, 284(18), 2348-2351.
Mendoza, E. (16 de marzo de 2014). Nos maquil an las Jurado, S., Villegas, M. E., Méndez, L., Rodríguez, F., cifras. Proceso, pp. 10-14.
Loperena, U. V., & Varela, R. (1998). La estan- Mendoza, E. & Mosso, R. (26 de noviembre de 2012). darización del Inventario de Depresión de Beck El presidente de las 83 mil ejecuciones. Semanario para los residentes de la ciudad de México. Salud Zeta, pp. 7-15.
Mental, 5(21), 26-31.
Moreno A. & Medina-Mora, M. (2008). Tabaquismo y Kahler, C., Brown, R., Strong, D. R., Lloyd-Richardson, depresión. Salud Mental, 31, 409-415.
E., & Niaura, R. (2003). History of major depressive Newman, E., Simpson, R., & Handschuh, D. (2003). disorder among smokers in cessation treatment as- Trauma exposure and posttraumatic stress disorder sociations with dysfunctional attitudes and coping. among photojournalists. Visual Communication Addictive Behavior, 28(6), 1033-1047.
Quarterly, 10, 4-13.
Keane, T. M., Gerardi, R. J., Lyons, J. A., & Wolfe, J. Op Den Velde, W., Aarts, P., Falger, P., Hovens, J., Van (1988). The interrelationship of substance abuse Duijn, H., De Groen, J., & Van Duijn, M. (2002). and posttraumatic stress disorder: Epidemiological Alcohol use, cigarette consumption and chronic and clinical considerations. Recent Developments in post-traumatic stress disorder. Alcohol & Alcoho- Alcoholism, 6, 27-48.
lism, 37(4), 355-361.
Kessler, R. C., Sonnega, A., Bromet, E. J., Hughes, & Organización Mundial de la Salud - OMS (2002). Nelson, C. B. (1995). Posttraumatic stress disorder Informe mundial sobre la violencia y la salud. in the National Comorbidity Survey. Archives of Washington: OMS. General Psychiatry, 52(12), 1048-1060.
Osman, A., Beverly, A., Kopper, Barrios, F., Joylene, R., Khantzian, E. J. (1997). The self-medication hypothesis & Wade, T. (1997). The Beck Anxiety Inventory: of substance use disorders: A reconsideration and Reexamination of factor structure and psychome- recent applications. Harvard Review of Psychiatry, tric properties. Journal of Clinical Psychology, 53(1), Koenen, K. C., Hitsman, B., Lyons, M. J., Niaura, R., Perkins, A., Kemp, S., & Corr, P. (2007). Fear and McCaffery, J., Goldberg, J., …Tsuang, M. (2005). anxiety as separable emotions: An investigation DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA GUERRA of the revised reinforcement sensitivity theory of Simpson, R. & Bogss, J. (1999). An exploratory study personality. Emotion, 7(2), 252-261.
of traumatic stress among newspaper journalists. Press Emblem Campaign - PEC (2011). Document A/ Journalism and Communication Monographs, 1, HRC/19/NGO/90. Written statement submitted to the Human Rights Council by the Press Emblem Smith, R. (2008). Trauma and journalism: Exploring a Campaign (PEC). Recuperado de http://www.
model of risk and resilience (Tesis doctoral). Recu- perada de WorldCat.
Pyevich, C., Newman, E., & Daleiden, E. (2003). The So Sin, S., Yiong Huak, C., & Chan, A. (2005). A pilot relationship among cognitive schemas, job related study of the impact of the Asian tsunami on a group traumatic exposure, and posttraumatic stress of Asian media workers. International Journal of disorder in journalists. Journal of Traumatic Stress, Emergency Mental Health, 7(4), 299-306.
Solomon, Z., Laor, N., & McFarlane, A. (2007). Acute Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desapa- posttraumatic reactions in soldiers and civilians. recidas (2013). Información de desaparecidos. Re- En B. A. van der Kolk., A. C. McFarlane., & L. Weisaeth. (Eds.). Traumatic stress. The effects of overwhelming experience on mind, body, and society (pp. 102-114). New York: The Guilford Press.
Richardson, L., Frueh, B., & Acierno, R. (2010). Preva- Teegen, F. & Grotwinkel, M. (2001). Traumatic exposu- lence estimates of combat-related PTSD: A critical re and posttraumatic stress disorder of journalists. review. Australian and New Zealand Journal of An internet-based study. Psychotherapeut, 46, Psychiatry, 44(1), 4-22.
Robles, R., Varela, R., Jurado, S., & Páez, F. (2001). Ver- Van der Kolk, B., McFarlane, A., & Weisaeth, L. (Eds.) sión mexicana del Inventario de Ansiedad de Beck: (2007). Traumatic stress. The effects of overwhelming propiedades psicométricas. Revista Mexicana de experience on mind, body and society. New York: Psicología, 18(2), 211-218.
The Guilford Press.
Rojas, E. (2004). La ansiedad. Cómo diagnosticar y Vil amil, V., Valencia, M., Medina-Mora, M. E., & superar el estrés, las fobias y las obsesiones. México: Juárez, F. (2009). Validación de la prueba de Iden- tificación de Trastornos Derivados del Consumo Rose, E. (2005). Immediate antecedents of cigarette de Alcohol (AUDIT) en pacientes mexicanos con smoking in smokers with and without posttrauma- esquizofrenia. Revista Panamericana de Salud tic stress disorder: A preliminary study. Experimen- Pública, 26(4), 283-289.
tal and Clinical Psychopharmacology, 13, 219-228.
Weathers, F., Litz, B., Herman, D., Huska, J., & Keane, Saakvitne, K. & Pearlman, L. (1996). Transforming the T. (1993). The PTSD Checklist (PCL): Reliability, pain. New York: Norton.
validity and diagnostic utility. Trabajo presentado Seal, K., Bertenthal, D., Miner, C., Sen, S., & Marmar, C. en el Annual Meeting of International Society for (2007). Bringing the war back home: Mental health Traumatic Stress Studies, San Antonio.
disorders among 103,788 US veterans returning Weidmann, A., Fehm, L., & Fydrich, T. (2008). Cove-from Iraq and Afghanistan seen at Department ring the tsunami disaster: Subsequent posttrauma- of Veterans Affairs facilities. Archives of Internal tic and depressive symptoms and associated social Medicine, 167(5), 476-482.
factors. Stress and Health, 24(2), 129-135.
REVISTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA VOL. 23 N.º 1 ENERO-JUNIO IMPRESO 2344-8644 LÍNEA BOGOTÁ COLOMBIA - PP.

Source: http://forenpsic.mx/wp-content/uploads/2015/12/El-Impacto-Psicolo%CC%81gico-de-la-Guerra-Contra-el-Narcotra%CC%81fico-en-Periodistas-Mexicanos.pdf

tcetmun.in

Letter from the Secretariat I, Anmol Kaur Bagga, Secretary General of TCET-MUN 2015, along with the Secretariat feel immense pleasure to welcome you to the TCET-MUN 2015. We feel honored to host you during the 3 days of ardent debate. Now in its fifth year, TCET-MUN has grown leaps and bounds from its humble beginnings in 2010. From a conference that simulated two committees back then, we are proud to have six committees this year. The conference is a culmination of dedication and commitment of many people, who worked to make this conference memorable and a quality learning experience.

diabetes.co.uk

Scientific Research Scientific Information for Health Care Professionals Almased UK Ltd.2nd Floor Berkeley Square HouseBerkeley SquareLondon W1J 6BD Phone: 020 7969 1886Email: [email protected]: www.almased.co.uk The most important studies on the effects of Almased® Table of Contents 4 Editorial 20 "Supported insulin and blood sugar